Siempre se escucha por ahí aquel tópico de «el amor es una enfermedad».
Sin meternos en la dichosa cuestión de si el amor es o no patológico,
vamos a tratar el frecuente tema de las canciones de amor. Deberían
pegarnos con una pala por hacerlo, puesto que incluso la canción del
verano va de amor, y no paran de meternos canciones sobre ello desde
cualquier parte.
En fin, vamos a empezar con este barroco
y no siempre melifluo empapelado. Hace relativamente poco tuve la
ocasión de leer un artículo en un diario digital acerca del machismo en
la escena indie, en el que se trataba el recurrente tema de los
roles sexistas. Es revelador que el mundo visual o de la música
considerada independiente, que tendría que ofrecernos alternativas, nos
ofrezca a veces tan solo una fantasía alterna que tan solo varía más
bien poco las fantasías televisivas y cinematográficas acostumbradas;
una microrreproducción del mismo sistema de valores de consumo
enfermizos. Lo cierto es que no se toca apenas ni un solo valor
jerarquizado u opresor, sino más bien al contrario. Es como cambiar de
escenario o de ropa: pura estética sin fondo. No estoy diciendo que sea
machista, porque machistas solo pueden ser las personas. Estoy diciendo
que la manera de expresar el valor humano es a menudo patriarcal,
matriarcal incluso, y enferma. ¿Que por qué?
Nuestro imaginario cultural nos hace
vivir todo hacia la masa y no hacia nuestra individualidad, nuestra
unicidad. Por ello valoramos, con demasiada frecuencia, no personas
concretas, sino roles, tipos o subtipos. Básicamente, es la manera de
convertir a la persona en gente. Esto es, la mayoría de las veces,
involuntario, puesto que es una cuestión de atmósfera social. Mi modesta
teoría es que el hecho de que existan tantas canciones de amor se debe
sin duda al hecho de que no nos valoramos ni se nos valora lo suficiente
como individuos. No nos amamos a nosotros mismos con la frecuencia o el
fervor necesario y esto es precisamente el desamor. Una cuestión social
que se manifiesta a todos los niveles y tanta música mítica nos ha
regalado, por otra parte. Que alguien me diga la diferencia entre amor,
obsesión y enfermedad, para elaborar un poco de luz en este panorama por
el que todos navegamos y con tanta frecuencia, naufragamos. Yo creo
haberla hallado en unas cuantas canciones de amor de mi colección
personal. Tal vez el problema es que ha habido que escuchar muchas
canciones de amor antes. El mismo Paul McCartney, picado sin duda por
las críticas de su ex compañero de banda, John Lennon, compuso tal vez
un gran resumen al presente artículo. Historias para mitómanos, sí, pero
cierto. Un gigante de la música dándole una extraña importancia a una
canción como Silly love songs, es realmente algo revelador en el asunto que nos ocupa.
Ahora que ya hemos elaborado una teoría
acerca de por qué hay tantas canciones cuya temática es el amor
romántico, ahora que ya hemos visto que es por una distancia
prácticamente irreductible, consecuencia de la estructura actual de
nuestro mundo, ahora que ya hemos comprobado que la mayoría de las
canciones de amor son de desamor, y es precisamente ésta la causa de que
sean tan numerosas, ¿qué coño estamos haciendo nosotros aquí, y de esta
manera? Pregunto…
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