lunes, 21 de abril de 2014

La reestructuración de la experiencia musical


El tema a tratar hoy será el de si realmente podemos grabar nuestros propios discos y distribuirlos, darnos a conocer cuando al parecer no hay unas estructuras que nos respalden. Sin duda veremos que podemos hacerlo, y además veremos cómo.

La centralización en internet y los conciertos no parecen ser suficientes para nuestra necesidad experiencial humana. Necesitamos sentir la música. Necesitamos vivir la música. Todo parece estar centrado en la red, la promoción y los conciertos por los que incluso casi llegamos a pagar (o realmente llegamos), sin encontrarse una manera de elaborar un contacto más estrecho con la música y su vivencia auténtica. Una buena manera de devolver la vida a la vida es utilizar soportes como el fanzine o la distribución de CDs. En cuanto a los eventos y lugares, hemos de decir que cualquier lugar es bueno si la dicha lo merece. Todos sabemos de los casi siempre absurdos impedimentos que nos ponen para tocar en cualquier lugar. La idea es que vayamos tomando territorio poco a poco para poder llevar la música a cualquier parte. El concepto más adecuado que se nos ocurre es la resistencia pasiva, para empezar. ¿Por qué no activa? Fácil: hay que ir haciéndose poco a poco con los lugares. No hablamos de ilegalidad. Hablamos de legitimidad, de no dejarnos mangonear nuestra propia sensibilidad y autenticidad hacia la vivencia de la música. Ya no podemos tocar la guitarra en la calle o sentarnos tranquilamente a pasar la tarde en una plaza. De hecho apenas hay bancos y solo tiendas y bares vemos en derredor. Hablamos de ir cambiando poco a poco las costumbres siempre desde el respeto a los vecinos y a los entornos. No estamos hablando de gamberrismo o vandalismo (muy lejos quede todo esto de nuestra intención). La última consecuencia de esto será hacer barrio, vecindad: cambiar poco a poco la opinión pública y las costumbres urbanas. Nada será bueno para todos si no es bueno para el vecino.

Para complementar la anterior propuesta, tan solo queda echarle imaginación. Utilicemos los bares de maneras diferentes, asociémonos con otro tipo de artistas, hablemos de nuestra propuesta a todo el mundo. No demos por hecho que no tenemos buenas ideas ni que estas no son negociables o interesantes. ¡Toquemos a la salida del metro para saludar a los transeúntes al iniciar su jornada laboral! Toquemos en la puerta del INEM para recordar a todo el mundo que su vida no termina en la carencia. Entiendo que el arte se hace por gusto. Entiendo que necesitamos dinero también; que nos lo ponen muy difícil para hacer lo que nos gusta (nos hacen ir demasiado al grano). Pero más entiendo la pasión para que no nos pare nada absolutamente. Recuperemos las fiestas de los barrios. Por favor, recordad: nadie nos tiene que permitir nada o posibilitar algo. Somos nosotros mismos los que somos capaces de crear nuevas estructuras y modos, los que podemos rastrear en todas las hermosas costumbres que se van olvidando. Para ello hemos de unir nuestras redes y comunicarlas. Hemos de crear de la nada o descubrir todo aquello que siempre parecemos pedir a un ente tercero que ni siquiera habríamos de representar en nuestra imaginación. Disfrutemos de este proceso de nueva unión y recuperación, de esta estructuración y reestructuración de nuestros hábitos. No es tan difícil. Tan solo hay que observar y tener ideas. Podemos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario