martes, 8 de enero de 2013

El nuevo porvenir artístico

Las normas lingüísticas que supuestamente hay que seguir en la poesía o el estilo narrativo son simplistas y poco sutiles. Iré demostrando esta tesis poco a poco. Personalmente, escribo poesía y pienso que la depuración del lenguaje no es el único camino hacia el arte. De hecho, mi intención es hacer ver que seguir este camino como el camino, puede ser contrario al arte y parar en la destrucción del mismo, además de desembocar en un elitismo estéril. Si se quiere ver la escritura como artesanía, me parece bien; pero me parecen bien también todas las demás opciones. A veces, no es recomendable la pureza sino precisamente lo contrario de esto. El lenguaje puede ser dirigido a muchos colectivos, o puede dirigirse a todos. Todo esto me parece válido. Defenderé siempre que la búsqueda poética, la búsqueda artística, no es para con el academicismo. Este problema ya está presente en el conflicto de Platón con los sofistas. Platón fue un personaje marginal en su época, en Atenas. La voz cantante la llevaron los sofistas, que enseñaban supuestamente el saber a la juventud. Sócrates, en los escritos platónicos, representa una y otra vez la misma pregunta: ¿en qué consiste el saber? Su trascendencia, sin embargo, ha sido muchísimo más grande.

No es esta exactamente la pregunta que querría responder, sino más bien, dar soluciones a precisamente la cerrazón hacia las múltiples posibilidades que garantiza la perspectiva artística de la denominada literatura.

Lo artístico es posibilidad abierta, es decir, inconclusión. El problema de la calidad no debería ser tal en algo tan libre como el arte o la escritura. Opto aquí por un liberalismo personal que precisamente desmantelará toda estructura creada con ánimo elitista que no admite la diversidad de propuestas y opciones. A mi modo de ver, hay que desenmascarar el lugar desde el que habla el crítico y hay que crear escuelas capaces de transmitir esta idea de la diversidad del arte. Hay que generar otros centros que compartan esta idea del arte. Es la idea que pretendí desarollar poéticamente, con mayor o menor fortuna en mi blog "Los Centros Periféricos". Mis incursiones en la academia a mi paso por la universidad y después de ella me han hecho decir a la misma "no", de plano y encarada. No desde una postura mediocre, inconsciente o inconsistente; he pretendido siempre ser la ideóloga y crítica de mí misma y tal vez por ello sentí en otro momento de mi vida una enorme necesidad de filosofía. También tuve en mi paso por esta licenciatura el mismo problema inconcluso: filosofia o historia de la misma. No hay ninguna conclusión válida para la colectividad, a mi modo de ver. Así, mi propia herencia de este camino actual en el arte. Es agotador este centralizarse en un concepto artístico (y no solo artístico) propio y abierto, pero no es menos cierto que mi aliento es pensar y sobre todo sentir, sin atisbo alguno de duda, que nos enfrentaremos a propuestas sociales que vayan poniendo esto en discusión. Es mi fe más grande que esto no puede ser de otra manera.

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